¿Qué tiene el otoño que parece que nos lleva de excursión casi sin querer? Porque el verano está claro: el calorcito y la playa. Pero, ¿¿y en el caso del otoño?? Pues nosotros lo vemos claro:¡¡los preciosos colores de los paisajes!!
Es impresionante la paleta de tonos cálidos que el otoño pinta ante nuestros ojos en los montes, montañas, valles y senderos. También en las zonas de playa, donde el mar adquiere ese tono de agua fría tan característico y diferente al del verano.
Es por eso que, ya sumergidos en el otoño, a todos nos gusta cogernos una maletita o una mochila y disfrutar de los ambientes más rurales que tenemos a nuestra disposición a tiro de piedra. Son lo que llamamos las ‘escapadas de fin de semana’, ésas que nos permiten desconectar del trabajo y comenzar la semana con una sonrisa en nuestras caras.
Por eso tenemos que asegurarnos de que nada nos impida esa sonrisa. Porque, especialmente las féminas sabemos que salir de casa, cambiar de horarios y de rutina y hacer cenas más copiosas (propias de un día caminando por el monte, por ejemplo), puede convertir en un problema eso de ir al baño.
Para que eso no pase, es importante meter en nuestra mochila unas bolsitas de Manasul. Media tacita o una tacita si nuestro cuerpo es más peleón, y dormir fuera de casa dejará de ser un problema. ¡Es un gran consejo, de verdad de la buena!